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Grupo de Lengua e Informática

Transcripción de la
CONFERENCIA-MESA REDONDA: 
Internet y el español
Madrid - Martes, 6 de noviembre del 2001

Ponencia de Jesús González de Barahona 

Rafael: Jesús nos ha entregado también un artículo que tiene muy buena pinta y se titula «El diccionario de la Real Academia de la Lengua» (1),que me temo o me alegro de que sea bastante crítico. ¿No? 

Jesús: No. [Risas generales] 

Rafael:  Bueno, pues Jesús es socio fundador de Barrapunto; como he dicho antes es uno de los pioneros del software libre en España y también casualmente colaborador habitual de la revista Novática. 

Jesús: Para  comenzar quería completar la presentación publicitaria de Ismael, anunciando la charla que nos va a dar mañana en la universidad de Móstoles, que es donde trabajo, por si a alguien le interesa, después de comer y queréis visitar el profundo sur, en el campus de Móstoles en el edificio departamental, mañana nos va a hablar de Docbook, precisamente, que es una tecnología de las que más se usan para escribir documentación tanto en SGML como en XML. Nos va a explicar cómo se utiliza ese formato, cómo es ese formato en sí mismo y algunas herramientas para manejarlo. A las cuatro, si alguien quiere luego le doy indicaciones de cómo llegar, que es muy fácil, aunque esté muy lejos. Básicamente coges carretera de Extremadura, todo adelante, hasta que se acaba Madrid. [risas]... Y luego sigues un poco hasta que se acaba Alcorcón y luego sigues hasta que se acaba Móstoles. 

Bien, a lo que yo iba, yo quería hablar de tres cosas fundamentalmente. Voy a dejar la publicidad de mi libro, como decía Ismael, para el final, que es ese folleto que os he pasado y quería, entonces, empezar por otra cosa que no tiene nada que ver con ello y que engancha con la charla de José Antonio, y es el problema de cómo elegir términos. Yo el problema me lo empecé encontrando desde el punto de vista de la docencia, cuando tienes que dar una clase sobre un tema relativamente nuevo, toda la bibliografía está en inglés. Luego tenemos la mala costumbre de dar la clase en español, además los alumnos  hasta te lo piden. Entonces tienes que inventarte traducciones al vuelo, y después he tenido la oportunidad de oírme algunas veces y no es que uses espanglis, es que usas una cosa que no se sabe muy bien qué es, porque a veces durante la misma charla usas términos diferentes para la misma palabra, unas veces en español, otras veces en inglés, lo cual hace que sea muy difícil entenderte incluso a ti mismo lo que estabas diciendo. Yo es la primera vez que me encontré términos nuevos. Luego me los he encontrado en otros contextos como en la traducción de información libre donde casi todo está en inglés también y acabamos siendo fundamentalmente traductores pero también, y es donde creo que es más preocupante, en la propia producción, cuando tienes que escribirte un artículo empezando desde cero,  donde entonces no te queda claro qué fuentes voy a usar porque tienes que ponerte en la cabeza del oyente y esa es la parte más difícil, saber qué términos son los que va a utilizar el oyente. 

Porque desde mi punto de vista —yo no soy filólogo—   para mí la herramienta tiene que ser útil, mi idioma es nada más una herramienta y a mí lo que me preocupa es que me entiendan y entonces el problema que tienes es cómo decir una palabra que alguien me pueda entender. A mi no me importa si la RAE la aceptó o si hace tres años se discutió no sé cuál, o si su origen filológico es no sé qué, a mí lo que me preocupa es decir cookie [cuqui] y que todos vosotros sepáis de qué estoy hablando. Si a alguno le digo cookie y no sabe de qué estoy hablando la palabra no me vale; si uso galleta y todos me entendéis me vale estupendamente, pero si digo galleta y a alguien no se le ocurre pensar mas que en el desayuno, claramenente estoy haciendo las cosas mal. Esa es la parte que más me preocupa a mí, mi experiencia e impresión después de unos cuantas años de bregar con estas cosas es da igual lo que hagas, la lengua acaba tomando su decisión, lo cual puede llevar tres años o puede tomar veinte años. Yo me acuerdo de las discusiones muy sesudas que quizás algunos hayáis conocido de hace diez años sobre el sexo de Internet, sobre si Internet era el Internet, la Internet o Internet. Parece que finalmente se está fijando Internet, sin ningún adjetivo, perdón sin ningún artículo, a diferencia de lo que se pensaba mucho antes y de discusiones muy sesudas que he visto yo sobre si la cosa viene de red y por lo tanto tiene que ser femenino, si no importa mucho porque el término ya está incluido en masculino, sobre si en México se dice no sé cómo. En realidad al final todo eso da igual, probablemente la siguiente generación a la nuestra dirá lo que sea, probablemente Internet sin nada por delante, no sabemos muy bien qué, pero se van a reír si les contamos todas esas discusiones. Igual ocurre con casi cualquier otra palabra que se discuta. Y no hablemos de las palabras que cuando se han normalizado ya no se usan, como ahora algunas de las palabras introducidas recientemente en el DRAE, que resulta que cuando ya nadie está diciendo guay, por ejemplo,  pues finalmente guay entra en el diccionario [risas]. Eso mismo ocurre también muchas veces con el vocabulario técnico, cuando una palabra se deja de usar en cierto sentido, de repente la comunidad técnica la acepta como una palabra adecuada. Mi impresión es lo que tienes que hacer es dejar correr el tiempo y esperar a que el  término se fije, y mientras tanto bandearte como puedas, y lo que yo suelo hacer es hablar en castellano y luego poner entre paréntesis un término en inglés, porque suele ser el término en inglés lo que nos unifica, sobre todo con América. 

Después está el problema que decías, que yo digo que es el problema peor, de la fragmentación geográfica. Qué ocurre si una palabra se dice aquí en Madrid de una cierta manera, en Barcelona de otra cierta manera, los hablantes del español, me refiero y sobre todo en México, en Argentina o en Perú se está utilizando otro término para la misma cosa exactamente. Mi impresión es eso es inevitable también. Si eso ocurre es porque los hablantes están fragmentados geográficamente. La única forma de evitarlo es mejorando los grupos de información entre América y España y en los sitios de España. Es la única forma: la única forma de que un mexicano sepa que yo al ratón le llamo ratón y no mouse, como le llaman ellos, es que yo le hable del ratón y que él me hable del mouse, y probablemente lo que acabará ocurriendo es que en castellano,  igual que tenemos muchas formas de decir jódete, pues tendremos muchas formas de decir ratón, y no pasa nada y alguien te dirá: «voy a mover el mouse» y tú entenderás perfectamente y no dirás «¡qué raro habla este tío!» porque tú sabes que eso es español también porque has oído a muchos mexicanos hablar. Por supuesto eso sólo pasará cuando hayas oído a muchos mexicanos hablar. Ahí yo creo que proyectos como el de LUCAS son muy importantes porque juntas hablantes de muchos sitios y los ponen a trabajar juntos y entre todos ellos están, al fin y al cabo, fijando vocabulario, porque toda la documentación que usan ellos la van a utilizar mucha gente después como lectores, y es ahí donde se está fijando, pero no porque se pongan de acuerdo en una reunión muy sesuda y digan: «No, no, lo correcto es mouse porque es lo que habla la mayor parte de los hablantes, todos los españoles tenemos ahora que cambiar». Mi impresión es que eso vale para poco, lo suyo es que en algún momento pues mucha gente de la que trabaja en LUCAS y en otras organizaciones similares, los traductores que están trabajando para las editoriales, etcétera, empiecen a usar más mouse o empiecen a usar más ratón, pero dentro de veinte o treinta años, probablemente, si los grupos de información entre los hispanohablantes continúan y si el ratón se sigue utilizando, que ya veremos, pues probablemente todos digamos la misma palabra o al menos todos entendamos las dos sin ningún problema. Yo creo que después de participar en muchas discusiones de esas, porque yo soy de los que entra al trapo, creo en general que no sirve para gran cosa. 

Y como ejemplo de eso quería comentar también lo de cookie. El cookie se ha discutido muchísimo, cookie es un término que está en informática mucho antes del Web, estaba por lo menos hace quince años porque se utilizaba ya en un protocolo que es el Xwindows, y probablemente viene de las galletitas chinas, que ya sabéis que los programadores en Estados Unidos se van mucho a los chinos y bueno, dentro de las galletitas chinas viene una cosa... Y la discusión sobre cómo va ese término ahora y discutir si en el contexto del Web sirve para tal o para cual otra cosa, probablemente es irrelevante, cookie en inglés hace quince años significaba una cosa, hoy significa otra cosa que es parecida pero no es exactamente la misma, dentro de cinco o diez años probablemente significará otra cosa también diferente, y no tiene demasiado sentido tratar de fijar ahora el sentido de esa palabra porque probablemente dentro de quince años tendremos que estar revisando todas las cosas que hemos tratado de fijar porque simplemente las palabras significarán otras cosas. La tecnología de cookies, la forma en la que la utilizamos hoy, probablemente dentro de diez años ya no se va a utilizar y probablemente antes de diez años no nos habremos puesto de acuerdo en la palabra que queremos utilizar para ello. 

Simplemente hablando también de eso quería decir que, y ya un poco en plan más de broma, hay que tener en cuenta que no solo el español tiene que convivir con el inglés, ellos tienen la desgracia de tener que convivir con el español y con otros muchos idiomas. Y esos idiomas normalmente se están formando sin ninguna normativa, todos habréis oído hablar del euroinglis, esa cosa que hablamos todos los europeos que no somos ingleses y  cuando te juntas con un francés o con un alemán, acabas hablando que si un inglés te oye muchas veces ni siquiera reconoce como idioma propio y sin embargo, es la cosa en la que nos entendemos todos. Si tienes que hablar con un holandés, hablas en una cosa mejor o peor chapurreada pero que más o menos es común y tú sabes qué términos puedes usar para que te entienda y luego tienes localismos que mejor no uses. Pero si viene un inglés, luego es al que peor entiende en todas las reuniones, porque sus localismos no los entiende más que él y él ni tan siquiera sabe que son localismos de hecho porque es la forma común de todos los días, y siempre es sabido que cualquier hablante en una charla en Europa prefieres hablar a un alemán o a un danés que a un inglés [risas]. En España, en español también pasan ese tipo de cosas, a lo mejor no tenemos que preocuparnos demasiado del normativismo, los ingleses son los que deberían preocuparse, que les estamos destrozando la lengua [carcajadas]... 

Y en ese contexto querría mencionar un par de contribuciones que probablemente son las más importantes de la lengua española al vocabulario técnico en inglés: una es macho, muy utilizada especialmente cuando dices macho programmer o cosas por el estilo, cuando quiere decir que es un programador de verdad, pero vamos...[risas], ese es un macho programmer, incluso aunque sea una mujer. Y la segunda que es todavía más interesante es cojones,  cuando dices por ejemplo, a matter of cojones, eso es ya el más de más, es la última razón técnica que hay...[risas]. Yo creo que son las dos palabras de español que más han entrado en el idioma inglés [risas], e igual que ellos son capaces de aceptar palabras como esas, completamente fuera de contexto para ellos, yo creo que no hay demasiado problema en que nosotros hablemos de cookies, ¿cuál es el problema? Quizás podamos hablar de cuquitas... 

[pregunta inaudible desde el público]. Bueno, hay un término que algunos estamos tratando de promover que es libre software. Sabéis que los ingleses tienen esa desgraciada ambigüedad con la palabra free, para los cuales significa tanto 'gratis' como 'libre'. Lo cual dice mucho también de lo que valoran los anglosajones la libertad, o la grutuidad [risas] y para evitar esa ambigüedad,  que es muy conocida, hay gente que lleva tiempo promoviendo libre software, que se está empezando a utilizar en los ambientes dentro de la comunidad de software libre en inglés. Hay que decir que no tanto por el español como por el francés, porque en francés también se puede utilizar lo mismo de hecho hay muchas veces que dicen lib' software, aunque están hablando del mismo término, pero bueno, quizás sea una contribución con el tiempo del español. 

Y con esto antes de que me saquen la de los tres minutos [Rafael: Ya está sacada] Ya está sacada. Quería contar dos cosas muy rápidas. Una de ellas es, en cuanto al idioma como herramienta, las herramientas para el idioma más bien, perdón,  es muy importante que haya versiones libres de ellas en el sentido de lo que significa software libre. Creo que hay muchas ventajas, es muy largo hablar ahora sobre ello, pero eso es lo único que va a asegurar que dentro de cinco o diez años tengamos una infraestructura que todo el mundo pueda utilizar para cosas básicas como acceder a la información. Porque se va a acceder a la información con herramientas para el idioma, se va a acceder a la información mediante por ejemplo reconocedores de texto, o  reconocedores de voz y eso es básico que tengamos esas herramientas, al menos una versión de ellas disponibles para toda la sociedad, para toda la sociedad, no para los que tengan un cierto umbral económico. Y cuando hablamos de la economía a nivel hispanoamericano estamos hablando de niveles económicos realmente muy bajos en algunos países. Entonces, si no queremos ampliar la brecha digital, es básico que todo eso esté ahí. Pero además para favorecer el desarrollo de esas propias herramientas no hay nada mejor que tener una versión básica, que probablemente habremos pagado todos además, y que esté disponible como software libre. Eso da muchas ventajas competitivas a todo el mundo que la use, incluso a las empresas que decidan trabajar con ellas. Es un tema largo y en parte está explicado en el articulillo que os he pasado a algunos, es la última cosa que quería mencionar. El artículo se ha publicado en el número de este mes de una revista de Linux, que se llama Todo Linux, por eso el contexto que tiene es muy relacionado con Linux, leedlo desde esa óptica, pero básicamente la idea es la RAE probablemente está perdiendo la oportunidad, una oportunidad muy grande de con el mismo trabajo que ya tiene conseguir mucho más impactos. Leed el artículo y antes de que cierre Rafa digo que aquí acabo. 

(1) Publicado originalmente en el número 14 de la revista Todo Linuxfin nota 1, volver.


 
 
Última actualización: 8 de febrero del 2002
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