Hace unos días recibimos todos los socios la triste noticia de la defunción de nuestro compañero y maquetista de Novática Jorge Llácer, que nos llenó de pena y nos deja un vacío no solo por lo que significaba su trabajo, si no por su dedicación, compromiso y lucha hasta el último día.

Con su desaparición, ahora que Novática encara la celebración de su cuadragésimo aniversario, quedan atrás veinte años de dedicación profesional y de compromiso con la revista que todos disfrutamos y con la que hemos aprendido de tantas monografías. Efectivamente, como recordaba un socio en el foro, hay algo de él en todos nosotros, y el mejor homenaje que le podemos brindar es el de volver a leer esos ejemplares dedicados a los temas que más nos atraen para apreciar su trabajo y dedicación.

Nuestro compañero de junta, y durante muchos años director de la revista, Rafael Fernández Calvo, asistió en representación de ATI al funeral de Jorge y nos dio testimonio del compromiso social al que dedicó su vida, y del aprecio que muchos ciudadanos de Valencia sentían por él.

Sin duda, la actividad de la asociación y de Novática ha de seguir adelante, quizá ahora con una motivación renovada, con nuevos horizontes, como lo ha sido siempre, y, en unos momentos difíciles para todos, con posibles cambios en nuestra sociedad en los que sus ciudadanos deben comprometerse mucho más en dirigir su rumbo. Y es en este contexto en donde los agentes que forman parte de la sociedad civil, como lo es ATI, deben tener un puesto de influencia y reconocimiento, si bien este compromiso de la asociación no solo puede ser una postura institucional proclamada por la junta, ni una dedicación exclusiva de los miembros de la misma. Es un compromiso que debe considerar cada uno de los socios. Creo que, en cierto modo, esto es lo que hemos podido aprender estos días de Jorge. Su profesionalidad no estaba reñida con su compromiso social.

No puedo decir que con este trágico hecho empieza una nueva etapa en Novática. En cada ejemplar empezamos una nueva etapa y un nuevo compromiso, por lo que podemos mirar al cielo, por lo que es y por lo que a muchos representa, y buscar ese horizonte al cual nos dirigimos con la esperanza de no alcanzarlo nunca, puesto que nuestra razón de ser es seguir siempre caminando hacia él. Y es mirando a ese cielo cuando vemos que lo importante es caminar en la mejor compañía.

Jorge, nos veremos en el horizonte donde cielo y tierra se unen.

Dídac López Viñas
Presidente de ATI

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