habla de ATI 1.- Cargo y organización en la que trabajas:

Soy Catedrático del departamento de Ingeniería de Servicios y Sistemas de Información en la UPC Barcelona Tech (Universitat Politècnica de Catalunya).

2.- Méritos destacables:

He sido Decano de la Facultad de Informática de la UPC, y Vice-rector de la UPC en dos ocasiones.

Soy director del Máster de formación continua en IT Project Management, en la UPC School.

En mi perfil de LinkedIn se puede consultar mi trayectoria profesional.


3.- ¿Por qué eres socio de ATI? ¿Por qué te gusta la asociación?

Soy el socio número 388, desde enero de 1972.

Cuando estudiaba Ingeniería Industrial en la ETSEIB de la UPC, trabajé (desde 1968) en el Laboratorio de Cálculo que dirigía el profesor Martí Vergés.

Al terminar la universidad, trabajé como programador en la administración, y, por estar en el sector y porque ATI estaba en el Colegio de Ingenieros Industriales, me asocié. Era el lugar de encuentro de los (pocos) informáticos de la época, al menos en Barcelona.

He colaborado varias veces con artículos en NOVÁTICA a lo largo de mi vida, pero la colaboración más estable fue, durante varios años, la sección IF... de Informática-Ficción, en la que publiqué traducciones y algunos originales.

Todos los originales publicados se recopilaron en el libro IF... que edité junto a Xavier Iribarne, el entonces director de NOVÁTICA, y que publicó la UPC en 1986.

En un breve período, en 1977, cuando el presidente de ATI era Ramón Puigjaner, se creó el puesto (remunerado) de secretario técnico, que ocupé unos meses, no creo que llegara a un año, y, aunque no tuvo una continuidad inmediata, luego (con ese nombre u otro) se ha convertido en figura imprescindible.

Fue la época en que, además de arrancar NOVÁTICA, ATI participó en la puesta en marcha de CIL (la Convención Informática Latina) y de la Escola Informàtica d’Estiu, que jugó un papel importante en el reciclaje de profesionales durante varios años.

Años más tarde, por encargo de la entonces presidenta Maria Dolors Boldó, y continuado por el presidente Joan Munt, fui miembro de la junta, encargado de las relaciones internacionales. En concreto, con la misión de conseguir que ATI fuese la representante de IFIP.

En aquellos años la representación la ostentaba FESI (Federación Española de Sociedades de Informáticas), entidad que ya no existe. Me ocupé de que ATI entrase en FESI, de ir tomando protagonismo poco a poco. Y creo que dejé las cosas suficientemente maduras para que, cuando FESI se disolvió, ATI tomase el testigo y asumiese la representación de IFIP que todavía ostenta.

Me preguntáis por qué me gusta ATI: simplemente, porque forma parte importante de mi vida como profesional del sector TI. Es parte de mi historia.

Pere Botella López


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