"MIDI y Vidi, vincint": parafraseando a Julio César y jugando sin pudor con sus palabras, el sonido y el vídeo han vencido (al escrito, claro) con Multimedia. Como uno de los diseños centrales de la convergencia tecnológica para entrar al siglo XXI, las industrias telefónicas, informáticas, periodísticas y de entretenimiento ya producen o emiten los nuevos productos y servicios multimediáticos: hasta ahora por separado, pero cada vez más en enormes conglomerados que constituyen los nuevos imperios tecnoculturales de la sociedad global de la información (la prensa está plagada de noticias diarias sobre estas concentraciones). Los productos y los servicios vuelan por las autopistas de la información, soportados por rutas de comunicaciones controladas por centrales nodales informáticas de conmutación, proceso y almacenamiento que los mandan juntos, sin revolverlos. Los productos y servicios llegan a los receptores como combinación de aplicaciones alfanuméricas con imagen estática, sonido e imagen dinámica. Combinaciones que, como la sardana, 'es fan i es desfan' técnicamente en el seno de un mercado lanzado a una ávida demanda y a una no menos ávida oferta.

Las técnicas que soportan este 'mediamoto' pertenecen a un arco de diversidad extrema. Los artículos de esta monografía y la sección técnica que abre la revista sobre esta cuestión sólo pretenden explorar modesta y prácticamente las técnicas que los profesionales de ATI están viéndose prácticamente obligados a conocer. Pero la introducción de avances en este nuevo mundo no para, aunque muchos de ellos puedan rastrearse en los descubrimientos que las publicaciones, especializadas o no, vienen aireando en los últimos años. De los cuatro artículos que siguen, el primero ofrece una revisión del espacio multimedia desde una perspectiva básicamente socio-técnica y su autor, Francisco Vicente Cipolla, ha prometido aportaciones a la nueva Sección de Novática que desde aquí se abre a todos. Los otros artículos ofrecen un panorama introductorio de los tres nuevos entor-nos a considerar, tanto en la producción como en la distribución multimedia: audio, comunicación y video. Novática debe esta triple visión práctica a la 'fábrica' R+D Informática, S.A., dirigida por Pedro Gómez Grau, nuevo Presidente y viejo dirigente de ATI.

El lector interesado en profundizar la monografía sobre co-municaciones locales multi-mediáticas o sobre hipermedia, dos técnicas para reingenierización de aplicaciones que son abordables facilmente por técnicos españoles, puede revisar, entre las muchas fuentes posibles, dos números monográficos de Communications of the ACM. Sirva esto como inducción a estrechar relaciones con la prensa de nuestra asociación hermana (que tiene también grupos de interés especializados en hipermedia como SIGLINK).

La monografía 'Multimedia in the Workplace' (enero 1993) explora los 'workplace media spaces', ese 'ciberespacio-multi-media' de los lugares productivos que subyace a las posibilidades laborales de aprovechar la sociedad de la información y que va de los teleservicios al teletrabajo, pasando por la teleconferencia. Por una parte, los dos primeros artículos aportan experiencias concretas de oficinas organizadas amistosamente y de los impactos, a veces insospechables, de las formas de trabajo cooperativo resultantes. Por otra parte, los dos últimos artículos presentan las carcterísticas de los sistemas operativos de red local, capaces de soportar las comunicaciones multimedia y las herramientas compartidas de computación, en dos aspectos básicos: la distribución de aplicaciones multimedia, desarrollables independientemente de los sis-temas de red subyacentes con la definición y modelado de los correspondientes API (Applications Programming Interfaces); y la construcción de las estructuras de las UIs, interfaces indi-viduales de los usuarios, para enlazarlos con las aplicaciones compartidas (aplicaciones desarrolladas como abstracciones con lenguajes especiales y por supuesto orientados a objeto).

La monografía 'Hypermedia' (febrero de 1994) expone en profundidad con sus seis intervenciones el modelo Dexter de diseño para hipertexto y su extensión a un modelo de diseño para hipermedia (en Dexter Inn en Sunapee, New Hampshire, EUA, se inició en 1988 este estándar de referencia). El modelo Dexter implica tres capas (run-time, storage, within-component) conectadas por dos interfaces (presentation speci-fications, anchoring) que permiten separar la presentación al usuario, tanto de la estructuración de los componentes almacenados, como del contenido multimedia de éstos, haciendo además hincapié en las condiciones de tiempo y de contexto.

Los informáticos no podemos asistir sólo como actores mudos, es decir como espectadores, a una transformación de esta envergadura que en buena parte se apoya en nuestra aportación profesional. La Sociedad de la Información ha salido de las aulas, laboratorios y despachos para irrumpir en los parlamentos y en los consejos de administración, sin que se reconozca nuestra intervención. Si no ampliamos nuestra 'cultura' a los nuevos espacios, lo harán otros más maniobreros y manipuladores de nuestras aptitudes. El paso de la 'Galaxia Gutemberg' (alfanumérica) a la 'Galaxia MacLuhan' (audio-visual-publicis-ta) ya no se puede hacer sin apoyarse en la convergencia con nuestra 'Galaxia Von Neumann'. Porque en el seno de esta con-vergencia imparable y presuntamente feliz se están librando batallas, a veces paradójicas, que importan tanto a nosotros como a la humanidad. Por ejemplo y según parte de la prensa europea (El País, 15.1.95), la popularización de los medios informáticos contribuye, precisamente, a poner en duda la ve-racidad de la imagen: "La imagen ya no sirve como prueba ve-raz, porque las modernas posibilidades de manipulación son conocidas por todo el mundo. En cambio la informática puede permitir un nuevo florecimiento de la escritura, sustituyendo el soporte físico del papel por el intangible de la electrónica".