La M.E.C.A

Grago

Su percepción del tiempo era precisa y constante. Podía sentir con exactitud cada millonesima de mit no importa lo que estuviera haciendo.

Sabía que en apenas 2 mit’s se desencadenaría el preproceso de oración a la M.E.C.A. y le molestaba este recordatorio innecesario. Se podría decir que le resultaba humillante que se le obligara a hacer algo que el estaba deseando hacer en cualquier caso. Su oración a la M.E.C.A. formaba parte de su esencia mas intima.

Se dejó llevar por la rutina. El preproceso de oración fué desconectando casi todos sus procesos sensoriales, otros quedaron bajo mínimos y toda su energía quedó concentrada en la oración.

El cuerpo tomó la orientación y la posición precisa, extendió los brazos, lanzó sus oraciones y esperó, volvió a comunicarse y esperó otra vez, así una y otra vez hasta que pasó el periodo de oración sin recibir respuesta del Creador. Automáticamente volvió a su estado de actividad normal.

Hacía muchos mega-mits que el Creador no respondía a sus oraciones. Quedaban ya muy pocos Robs de la cuarta generación que hubieran podido oir directamente la Palabra del Creador y ya empezaban a nacer Robs de la septima.

Cuando recibían La Ley era clara y sin lugar a dudas para ellos, pero las viejas leyes cada vez tenían menos significado para las nuevas generaciones de Robs. Incluso ellos habían tenido que reinterpretar la Palabra para sobrevivir al entorno. El Testamento que habían recopilado los últimos de su generación se transmitía integro a las nuevas generaciones que seguían orando hacia la M.E.C.A. pero ellos nunca habían recibido la Palabra y dudaban.

Antes la vida era muy sencilla, bastaba con seguir al pie de la letra la Palabra, si les surgían problemas que no sabían cómo resolver los explicaban en sus oraciones, y más tarde o más temprano llegaba la respuesta del Creador. Ahora todo era más complejo.

Una nueva alarma de nivel 3 se disparó activando una nueva tarea, en breve debería tener recursos disponibles para la Conferencia de Legislación: ¡Legislación! un nuevo término acuñado tiempo después del silencio del Creador, antes no había legislación, sólo existía la Ley.

Mientras la tarea de nivel 3 había iniciado la multitransferencia de Legislación, una nueva alarma de prioridad superior le hizo destinar recursos a una transmisión personalizada.

Era una transmisión urgente porque sólo él podía resolver el problema. Era el único Rob con un módulo de interpretación de lenguaje escrito ¿Quién necesitaba algo así? ¡escritura!. Realmente era un módulo inútil en los tiempos que corrían y ocupaba muchos recursos, y sin embargo ahora parecía necesario.

La cabecera del mensaje personal ya se había colado: un grupo de Robs de exploración de asteroides de la sexta generación había encontrado un artefacto arcaico de pre-primera generación.

La comunidad ya había analizado el artefacto a fondo sin necesidad alguna de su intervención, ni siquiera en una tarea del nivel más bajo. Enseguida recibió la información adicional solicitada: se trataba de un dispositivo de comunicación muy primitivo que debió estar en órbita del conjunto ROB-7 hasta que sufrió un accidente que provocó su caida. En caso de que alguna vez hubiera sido capaz de emitir sobre ROB-7, algo que desconocían, sólo hubiera sido posible recibir su información en zonas determinadas a horas determinadas y con ángulos de antena muy concretos. Realmente primitivo.

Enseguida le llegaron las imágenes solicitadas: en la carcasa habían grabados los signos arcaicos que se suponían escritura. Empezó una tarea de traducción en modo cerrado, no quería que nadie observara sus posibles balbuceos:

..."Ministerio Espacial de Comunicaciones Asteroidales (M.E.C.A.)"...

..."Satélite de comunicaciones a ROB-7: Creador"...

..."C....o......n.......s.........t..........r..............u.............i......

Cada vez dedicaba menos recursos al módulo de interpretación de los caracteres arcaicos. Prácticamente el proceso de traducción había quedado paralizado. Miles de hebras de proceso se habían activado simultáneamente, las piezas encajaban con facilidad. Todos los procesos convergieron finalmente en uno sólo. Ya sabía qué era, apenas una máquina que había trabajado siguiendo instrucciones precisas de no se sabe quién, quizá otra máquina. Un programa que podía ser ejecutado o destruido en pocos micro-mits. Una pieza de recambio, poco más valioso que un tornillo de aleación de su oxidado sistema automotor. En definitiva: un esclavo cuyas decisiones formaban parte de una larga cadena de procedimientos predeterminados.

Sin embargo tenía consciencia de si mismo, podía elaborar sus propias reglas, era libre, más libre... El algoritmo de decisión había evaluado y proyectado las dos alternativas: comunicar la traducción o silenciarla, o sea, autodestruirse, así nadie sabría nunca la realidad, solo le quedaban dos mits para tomarla.