Novática es la revista de ATI (Asociación de Técnicos de Informática).   Nota importante: Se permite la reproducción de este artículo, excepto si está marcado con © o Copyright, debiéndose en todo caso citar su procedencia   Important notice:This article can be reprinted except if marked with © or Copyright. If reprinted full mention of the source is mandatory

Novática 136

Sección: DOCS
 
El problema informático del "Efecto 2000"

Comisión Europea
Comunicación de la Comisión al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comité Económico y Social y al Comité de las Regiones

Bruselas, COM (1998) 102
 

Resumen

Desde los inicios de la informática, para representar el año en los campos de fecha (YYMMDD) sólo se han utilizado en muchos casos dos dígitos para ahorrar un almacenamiento magnético a menudo muy caro. Como resultado, el año 2000 se interpretará en muchas aplicaciones como el año 1900, lo que hará fallar los cálculos aritméticos y el proceso de datos.

El problema informático representado por el efecto 2000 es crítico para las empresas de todos los tamaños en todos los sectores y supone un riesgo considerable para los consumidores y un gran desafío para los servicios públicos, ya que puede afectar negativamente al ciudadano y a la competitividad de la economía europea y alterar el correcto funcionamiento del mercado único.

La economía moderna depende en gran medida del funcionamiento correcto y permanente de muchos procesos empresariales, industriales y sociales interrelacionados. Todos ellos se apoyan en sistemas informáticos. El fallo de cualquiera de los numerosos eslabones de esta cadena de dependencia puede causar perjuicios significativos tanto a los usuarios del sistema (ciudadanos, consumidores, empresas o cadenas completas de socios comerciales interdependientes) como al sistema mismo.

Los ciudadanos dependen en la actualidad de una gama cada vez más amplia de servicios tales como las pensiones, las prestaciones sociales, la sanidad, los seguros, el suministro de energía y el transporte. Cada uno de esos servicios se presta a través de una extensa y completa serie de sistemas informáticos, todos los cuales son vulnerables actualmente al llamado "efecto 2000".

Las empresas, sean grandes o pequeñas, dependen igualmente no sólo de un funcionamiento correcto de sus propios sistemas informáticos, sino también de la integridad operativa de los sistemas de sus socios comerciales (por ejemplo, clientes, proveedores, subcontratistas). Lo mismo que los particulares, la empresa depende también de un funcionamiento fiable de una amplia gama de servicios de infraestructura. No adaptar los procesos informatizados, incluidos los que controlan el funcionamiento de las instalaciones industriales, de modo que puedan seguir funcionando correctamente puede traducirse no sólo en la pérdida de negocio y en un deterioro general de la competitividad sino que también puede amenazar en casos extremos la supervivencia de la propia empresa.

En el mismo período, los sectores público y privado participan en la preparación de la introducción de la moneda única europea, que repercutirá profundamente en su funcionamiento y en sus sistemas de información. Ambas cuestiones presentan diferencias importantes: mientras que el efecto 2000 es un problema propio de las Tecnologías de la Información (TI) que repercute en las empresas, el euro es un problema empresarial con impacto en las TI. Sin embargo, son en cierta medida semejantes en lo relativo a su efecto en las TI y juntas plantean un problema de magnitud sin precedentes para los responsables de sistemas informáticos.

Para prevenir los efectos negativos que el problema pudiera tener en la salud, la seguridad y los intereses económicos de los consumidores y para reducir al mínimo su impacto potencialmente negativo en los sectores público y privado es necesario agilizar los preparativos que aseguren una transición sin incidentes al nuevo milenio de los sistemas y aplicaciones informáticos existentes, para lo que deben cooperar todos los agentes interesados dentro de su ámbito de responsabilidad y esfera de acción.

Es a los proveedores y usuarios de sistemas informáticos a quienes incumbe la responsabilidad de solucionar el problema del efecto 2000 y de reducir al mínimo los riesgos. Las fuerzas del mercado desempeñarán un papel fundamental al respecto, pero la magnitud del problema y el gran alcance de sus repercusiones justifican las iniciativas de concienciación y de apoyo de los gobiernos y asociaciones de todos los Estados miembros, con especial atención a los grupos más vulnerables, es decir, los consumidores y las PYME. Además, compete a las administraciones centrales y locales garantizar que sus sistemas informáticos estén preparados para la llegada del efecto 2000. También se deben elaborar planes de emergencia para solucionar posibles fallos de sistemas clave.

En los sectores de infraestructura en los que un fallo relacionado con el efecto 2000 puede tener efectos transfronterizos significativos, cabe a las asociaciones internacionales de las autoridades reguladoras y supervisoras concienciar a los que estén dentro de su esfera de responsabilidad y garantizar que toman medidas.

Además de la responsabilidad de sus propios sistemas informáticos, las Instituciones europeas pueden contribuir a fomentar y facilitar la cooperación entre iniciativas nacionales y sectoriales, incluidas aquéllas en los sectores de infraestructura, e iniciar y mantener un diálogo sobre el tema dentro de la Comunidad y con terceros países.

La Comisión acoge favorablemente las iniciativas de las empresas, la industria de las TI, las asociaciones profesionales, empresariales y de consumidores, los organismos supervisores y los Estados miembros con el fin de aumentar la concienciación, estimular la toma de medidas y proporcionar apoyo, y desea ser informada sobre ellas. Lo cual, será de gran importancia para llevar a cabo eficazmente las actividades descritas en la presente comunicación y para contribuir a proporcionar valor añadido a los esfuerzos de todas las empresas y de los servicios públicos durante este año y el próximo, respetando el principio de subsidiariedad.

La Comisión mantendrá actualizado un sitio World-Wide Web sobre el problema informático del efecto 2000 y sobre el impacto del euro en las TI (http://www.ispo.cec.be/y2keuro)

La Comisión discutirá el efecto 2000 y sus implicaciones a través de todos los contactos de que disponen los servicios de la Comisión con la industria y los Estados Miembros.

A tal efecto, la Comisión, junto con los Estados Miembros, determinará los avances, intercambiará información y comparará las mejores prácticas para informar periódicamente al Consejo. Las actividades incluirán información sobre los avances en la concienciación y nivel de preparación de los Estados Miembros, intercambio de experiencias de interés tansfronterizo y temas relacionados con infraestructuras transfronterizas y las pruebas necesarias.

Dentro de políticas tales como la de industria, PYME, consumidores y formación, la Comisión estudiará si hay algo mas que pueda hacer para aumentar la concienciación y solucionar el problema.

Con respecto al nivel de preparación de los sistemas internos de la Comisión, el grupo interservicios existente será reforzado con un Grupo de Alto Nivel de Directores Generales responsables de personal, informática, TI y telecomunicaciones, en asociación con la Secretaria General, para asegurar el nivel de supervisión mas alto posible.

Introducción

El efecto 2000 está repercutiendo en entidades de todos los sectores en todo el mundo debido a la incapacidad de muchos sistemas y programas informáticos de efectuar cálculos correctos con fecha posterior al 31 de diciembre de 1999 causado por el uso de dos dígitos únicamente para indicar el año. Al mismo tiempo, muchas de dichas entidades participan en la preparación de la introducción de la moneda única europea, que repercutirá profundamente en su funcionamiento y en sus sistemas informáticos.

Desde el punto de vista de los sistemas informáticos, ambas cuestiones presentan importantes diferencias en cuanto a la definición del problema, la "responsabilidad" y el impacto estratégico y en la tecnología de la información, pero también tienen similitudes. Sin embargo, hay que abordar ambas cuestiones más o menos al mismo tiempo y cada una representa por sí sola un enorme desafío en cuanto a recursos (humanos y financieros). Juntas plantean un gran reto para los responsables de sistemas informatizados.

Sin embargo, al mismo tiempo pueden estimular la conciencia de la necesidad de mejorar las prácticas en los procedimientos de adquisición, desarrollo e implantación de sistemas de TI, lo que puede beneficiar a largo plazo a la industria y a otras entidades. En particular, en el caso del euro, el obligado cambio debería incitar a las empresas a proceder a una reevaluación más fundamental de su manera de hacer negocios, lo que a su vez puede traducirse en una ventaja competitiva a más largo plazo.

A la Comisión le preocupa la vulnerabilidad de las empresas, las infraestructuras y las administraciones públicas ante el problema informático del efecto 2000, así como sus posibles consecuencias para los consumidores. Aunque los medios de comunicación prestan una atención considerable a este asunto, en general el grado de verdadera preparación parece insuficiente, pese al alto riesgo de trastornos en las empresas y en los servicios públicos.

Como complemento de las principales actividades puestas en marcha por el sector privado y los Estados miembros, la Comisión ha diseñado y comenzado a aplicar una serie de actuaciones dirigidas a estimular a los responsables para que tomen medidas. Dichas actuaciones se coordinan estrechamente con las relacionadas con el impacto del euro en las TI.

1. El problema y su impacto

Desde los inicios de la informática, en muchos casos para representar el año en los campos de fecha (YYMMDD) sólo se han utilizado dos dígitos para ahorrar un almacenamiento magnético a menudo muy caro. Como resultado, el año 2000 se interpretará en muchas aplicaciones como el año 1900, lo que hará fallar los cálculos aritméticos y el proceso de datos. El hecho de que muchos programas considerarán incorrectamente que el 2000 no es un año bisiesto complicará aún más la situación. Aunque será en el cambio de siglo cuando probablemente se producirá la mayoría de los problemas, varios sistemas ya están comenzando a fallar al procesar fechas futuras, mientras que otros no darán señales de fallos hasta avanzado el año 2000.

Aunque el del efecto 2000 es fundamentalmente un problema informático, su impacto potencial es enorme y muy vasto, porque esos sistemas son cada vez más esenciales para las empresas y la seguridad y porque las aplicaciones informáticas están detrás de una gran variedad de productos y de servicios tanto en el sector público como en el privado.

En lo que se refiere a su impacto potencial en los consumidores, se pueden citar como ejemplos los daños en archivos personales y financieros, los errores en el cálculo de transacciones con los efectos consiguientes en los ahorros, cuentas bancarias e hipotecas y errores en la facturación de servicios y en los pagos de nóminas y de salarios. La seguridad también está en juego: el fallo de una aplicación informática en un avión, un sistema de control de trafico, una central eléctrica o una unidad de cuidados intensivos puede poner en peligro vidas humanas.

En las empresas, las consecuencias de fallos en los sistemas informáticos pueden afectar en diversa medida a sus operaciones y a las de sus socios comerciales y financieros.

Debido a su estructura organizativa más débil, la solución de un problema de este carácter presenta para las PYME un grado de dificultad potencialmente más alto y unos costes desproporcionadamente más elevados que para las grandes empresas. En casos extremos, la supervivencia real de la empresa puede estar en juego. En este momento parece que las PYME están escasamente sensibilizadas y tienen problemas especiales para acceder a la información pertinente.

Las administraciones públicas, especialmente a nivel local, también parecen correr riesgos debido a la tendencia a reducir sus presupuestos, a los plazos generalmente largos que necesitan para aprobar recursos suplementarios y a su vulnerabilidad por la rotación de su personal cualificado.

Infraestructuras de carácter global, tales como las de las telecomunicaciones, los mercados financieros y el transporte aéreo también pueden verse afectadas, con consecuencias económicas y sociales a escala mundial. Aun países como los Estados Unidos, donde se han tomado medidas tempranamente, consideran vulnerables infraestructuras importantes y muchas de sus empresas, de modo que la situación será probablemente más difícil en los países donde apenas si está surgiendo una concienciación al respecto.

Se considera que el coste mundial de la corrección de los programas informáticos puede llegar a ser de unos 500 000 millones de ecus (1) . El coste acumulado, incluidos los costes de potenciales litigios y reclamaciones por daños y perjuicios, puede superar los 1.500.000 millones de ecus (2).

La exactitud de las estimaciones de los costes depende en gran medida de sí se tratan y de cómo se hayan tratado los costes relacionados con los "sistemas integrados" (p. ej., en instalaciones industriales, en electrónica aeronáutica, en electrodomésticos, etc.)

Entre los ámbitos susceptibles de litigios se cuentan las relaciones contractuales entre los usuarios y los proveedores de productos, sistemas y servicios de TI, las responsabilidades frente a socios comerciales y financieros, las responsabilidades en virtud de la legislación sanitaria y de seguridad de los proveedores, los fabricantes y los usuarios de sistemas esenciales de seguridad, y las responsabilidades de los directores y administradores frente a sus accionistas.

Aunque se presta sobre todo atención al impacto y a los costes afines, los que están más avanzados en la resolución del problema hablan también de varias ventajas. En particular, la necesidad de examinar cuidadosamente el patrimonio informático completo de una empresa resulta a menudo en una instalación más efectiva, racionalizada y modernizada que se traduce en beneficios a largo plazo. La renovación del patrimonio de TI en las empresas contribuirá también al desarrollo de la sociedad de la información.

Además, si bien el proyecto de paso al euro de los sistemas informáticos es fundamentalmente distinto del proyecto del efecto 2000 (mientras que el efecto 2000 es un problema de TI que repercute en las empresas, el euro es un problema empresarial con impacto en las TI), algunas de las medidas pertinentes presentan similitudes técnicas y pueden conseguirse sinergias beneficiosas.

3. Grado de concienciación y de preparación

Durante los dos últimos años el cambio de milenio se ha convertido en un problema con una amplia resonancia pública en diversos medios, a través del personal de ventas de los principales sistemas de TI y de los proveedores de servicios en conferencias profesionales y en la World Wide Web. Aunque la sensibilización sobre este problema está aumentando, aún lo hace muy lentamente en las PYME, donde no es evidente que se estén planeando y presupuestando adecuadamente medidas concretas y oportunas.

Encuestas recientes confirman que el grado de preparación y de avance es relativamente reducido todavía y difiere según los Estados miembros. Además, no está claro si se están considerando todos los sistemas, desde los personales hasta los sistemas centrales que utiliza la empresa en general. Otras encuestas (4) indican que sólo una minoría de las empresas está considerando recurrir a sistemas integrados (hardware/software).
 

4. Cómo abordar el problema

Aunque casi todo el proyecto del efecto 2000 de la entidad se llevará a cabo bajo la responsabilidad del departamento de TI de una entidad, su gran repercusión potencial en la empresa requiere la participación de toda su estructura, exigiendo una comprensión y liderazgo claros de la dirección. La aplicación con éxito del proyecto del efecto 2000 debe considerarse un objetivo estratégico en los niveles más altos de la entidad, con independencia de su dimensión y de su sector.

Las medidas que han de tomarse están bien definidas y se han dado a conocer adecuadamente. El proyecto debería incluir un inventario pormenorizado de todos los componentes y la documentación correspondiente contractual o de otro tipo; un análisis de impacto para determinar los niveles de riesgo y estimar las prioridades, opciones y costes; una planificación detallada para aplicar los cambios según las prioridades que se hayan determinado; la corrección o sustitución de los componentes del sistema; la verificación del sistema renovado y de sus componentes concretos, incluido el intercambio de datos con otros sistemas internos y externos, y el funcionamiento del sistema renovado en su entorno productivo real.

El proyecto exige sobre todo que se preste una atención meticulosa a los detalles y una gestión del proyecto de alta calidad que asegure un vínculo efectivo con las actividades internas y con las actividades de los socios en la cadena cliente/proveedor.

Se prevé que la verificación será la tarea mayor y la más crítica, ya que no se limita a demostrar que cada sistema y componente concretos funcionan adecuadamente en fechas posteriores al año 2000 sino que debe garantizar que los sistemas interconectados dentro y fuera de la entidad pueden cooperar correctamente.

En octubre de 1997, una encuesta (3) a más de 1000 empresas en varios países europeos demostró que, si bien un 55% de ellas había declarado tener preparada una estrategia y más del 80% un presupuesto destinado a abordar el problema, menos de un 25% sabía de cuánto código de software se trataba, a pesar de que ello es preciso para estimar el presupuesto necesario.
 
La elección y el uso de herramientas automatizadas que sostengan las diferentes fases es importante, aunque no se cree que el ahorro que suponen supere el 30% (5) de los costes totales.

Varios programas comunitarios en vigor han apoyado proyectos piloto de transición en los que se han demostrado y difundido ampliamente las ventajas de aplicar las mejores prácticas, algunas de las cuales se basan en tecnologías creadas previamente en programas comunitarios de investigación y aplicadas en todo el mundo.

Debido a la complejidad del problema, las entidades deben ser conscientes de que se arriesgan a no terminar los procesos de conversión antes del final de 1999 y es necesario preparar los planes de emergencia apropiados para garantizar la continuidad de la actividad o la supervivencia de la empresa si el soporte de TI falla o se vuelve inadecuado. Esta tarea afecta a toda la empresa y exige la intervención directa de la dirección.

La escasez de personal cualificado en programación y en gestión de proyectos se está convirtiendo en uno de los problemas más graves. Aparte del alcance general de este problema, la disponibilidad de profesionales conocedores de lenguajes de programación relativamente viejos y que sean capaces de abordar proyectos muy amplios y complejos es limitada. Las entidades con una importante plantilla de TI tratarán de retenerla, mientras que las que deban recurrir al exterior habrán de enfrentarse pronto a un rápido agotamiento de la capacidad disponible y al consiguiente aumento de precios. Las entidades (incluidas las PYME) que utilicen paquetes de programas informáticos comerciales deberían preguntar urgentemente a sus proveedores cuáles son sus planes de adaptación de dichos paquetes.

Otra cuestión que hay que considerar es la contabilidad de los costes de modificación por las grandes sumas que implican en general. Según las normas de las directivas contables europeas, los costes del efecto 2000 deberán formar parte de los costes ordinarios de las empresas en su esfuerzo por adaptarse continuamente a un entorno económico cambiante y al progreso tecnológico. En casos muy excepcionales y sólo en la medida en que dichos costes se relacionen con futuros beneficios económicos determinables, sería posible capitalizarlos. La provisión de los costes del efecto 2000 sólo puede hacerse en un número reducido de circunstancias y la provisión debe cumplir los criterios de las directivas contables. Cuando no se haya creado una provisión pero exista una reserva, deberá aclararse adecuadamente en las notas de los balances.

Parte de la estrategia de las empresas en relación con el efecto 2000 debe orientarse a cubrir su situación jurídica. Por una parte, deberían protegerse contra posibles reclamaciones de las partes, incluidos los socios comerciales o financieros, que pueden salir perjudicados por su incapacidad de efectuar con éxito la transición al año 2000. Por otra, tendrían que evaluar si conviene reclamar indemnizaciones a los proveedores y cómo hacerlo, en el caso de que sea una opción viable. Varios analistas señalan la importancia de crear un clima de cooperación efectiva entre los proveedores y los usuarios para reducir el riesgo de litigios.
 

5. De la concienciación a la acción

La concienciación no es suficiente por sí sola. La cuestión del efecto 2000 es crucial para las empresas y éstas deberían tomar las medidas adecuadas para efectuar la transición al año 2000 y prever eventualidades. A este respecto, las fuerzas del mercado desempeñarán el papel más importante. Los clientes que sean cada vez más conscientes del impacto potencial del problema preguntarán a sus proveedores, lo mismo que los inversores, los bancos, las aseguradores, los auditores y otros interesados. Los consumidores y sus asociaciones estarán más atentos a cómo los fallos en la industria, el comercio y los servicios públicos pueden afectar a su seguridad y a sus propiedades.

Las autoridades responsables de la supervisión de los servicios de energía, de transportes, las telecomunicaciones, los mercados financieros y otros sectores económicos ya están incitando a actuar a las empresas y a las instituciones bajo su responsabilidad o que caen dentro de su esfera de influencia. Entre los ejemplos que pueden citarse están las asociaciones internacionales de organismos supervisores de los mercados de valores, bancos y seguros (Organización Internacional de Comisiones de Valores, Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, Asociación Internacional de Supervisores de Seguros), así como la Unión Internacional de Telecomunicaciones. También están atentos a este problema el Comité Consultivo Bancario, el Comité de Seguros, el Comité de Alto Nivel de Valores Mobiliarios y el Grupo de Sistemas de Pago, todos de la UE.

Los proveedores de sistemas informáticos y de productos y servicios informatizados deberían suministrar a tiempo a sus clientes información transparente sobre si sus productos (nuevos o no) están preparados para abordar el efecto 2000 y adoptar una actitud previsora y responsable con sus clientes. Deberían fomentarse las declaraciones de los proveedores en las que éstos manifestasen que los productos se ajustan a una definición dada de preparación para el efecto 2000 (6) y en los que dicha declaración formase parte del contrato entre el proveedor y el comprador.

Todas las empresas deberían ser capaces de suministrar a tiempo información transparente sobre sus progresos en la prevención del efecto 2000 a todas las partes que tengan un interés comercial legítimo en ellas.
 

6. Actividades en los Estados miembros

Los gobiernos de los Estados miembros son los primeros responsables de garantizar que los sistemas informáticos utilizados en sus administraciones locales y centrales estén preparados para el efecto 2000, incluida su interconexión con sistemas de otros países.

En algunos Estados miembros se han organizado campañas de concienciación y otras actividades destinadas a estimular a las empresas a tomar medidas y a ayudar a las categorías más vulnerables, por ejemplo las PYME. Dichas actividades suelen patrocinarlas los gobiernos centrales o locales conjuntamente con representantes del sector privado, tales como las federaciones patronales o las cámaras de comercio. En algunos casos se crea un organismo específico con la misión de planificar y coordinar dichas actividades.

Los planteamientos difieren dependiendo de las circunstancias propias de cada país y del nivel percibido de preparación de su industria. No obstante, caben sinergias importantes, como demostró una primera reunión con responsables de algunas iniciativas

nacionales organizada por los servicios de la Comisión el 19 de diciembre de 1997. La cuestión del efecto 2000 está adquiriendo importancia en el orden del día de un número cada vez más alto de gobiernos y se están poniendo en marcha más campañas de concienciación y de acción.
 

La Comisión Europea es usuaria y compradora de sistemas de TI y, como tal, es la primera responsable de garantizar la supervivencia de sus propios sistemas internos de los que depende su funcionamiento correcto. Los servicios de la Comisión han creado un grupo operativo, que ya está trabajando, para abordar el impacto en sus sistemas internos tanto del efecto 2000 como del paso al euro. Dada la importancia del problema, dicho grupo operativo estará dirigido por un grupo de trabajo presidido al más alto nivel de los servicios de la Comisión.

En lo que se refiere a la concienciación y a la movilización generales, se han efectuado amplias consultas a los sectores público y privado durante el último trimestre de 1997 con el fin de determinar las principales prioridades de acción y el papel de las empresas, las asociaciones, las administraciones y la misma CE.

Como resultado de las consultas y de acuerdo con la alta prioridad dada a este tema por el Consejo Europeo de Luxemburgo de diciembre de 1997, la Comisión está poniendo en marcha varias actividades.

· Estimular y facilitar el intercambio transfronterizo de información y de experiencias entre las iniciativas nuevas o no de concienciación y de actuación sobre el efecto 2000 de los Estados miembros y de las asociaciones europeas con miras a determinar cómo se pueden obtener sinergias para reducir la duplicación de esfuerzos e incrementar el impacto global.
 

· Apoyar el debate sobre el avance de la UE en la solución del efecto 2000 y sobre cualquier cuestión que se plantee en todos los consejos europeos de ministros, así como en el diálogo con terceros países, especialmente con todos los países candidatos participantes en las conversaciones sobre su futura adhesión.

· Debatir el efecto 2000 y sus implicaciones con la industria y los Estados miembros a través de todos los canales pertinentes a disposición de los servicios de la Comisión. Se prestará especial atención al impacto en los sectores de infraestructuras y a su preparación, al impacto en los consumidores y las PYME y al impacto potencial en el funcionamiento del mercado interior, incluida la unión económica y monetaria.
 

· Crear un mecanismo efectivo de coordinación y seguimiento de estas acciones dirigidas al exterior y proporcionar a las partes interesadas un punto de contacto en relación con el efecto 2000.

La Comisión examinará periódicamente las actividades arriba citadas y emitirá informes periódicos sobre los progresos y los avances de los Estados miembros.

Dentro de políticas tales como la de industria, PYME, consumidores y formación, la Comisión estudiará si puede hacer algo más para aumentar la concienciación y solucionar el problema.

Con respecto al nivel de preparación de los sistemas internos de la Comisión, el grupo interservicios existente será reforzado con un Grupo de Alto Nivel de Directores Generales responsables de personal, informática, TI y telecomunicaciones, en asociación con la Secretaria General, para asegurar el nivel de supervisión más alto posible.
 

Notas:
(1) Fuente: Gartner Group.
(2) Fuente: Software Productivity Research
(3) Fuente: Neaman Bond Associates y Viasoft.
(4) Fuente: PA Consulting Group.
(5) Fuente: Gartner Group.
(6) Por ejemplo, la British Standard Institution (Instituto Británico de Normalización) o la Comisión sueca de TI.
(7) Este organismo asesora a los servicios de la Comisión en la gestión de la política de consumidores.