La tradicional defensa que realiza ATI de la profesión contra todo intento de exclusión de los informáticos ha tomado este año un nuevo y grave matiz.
No se trata ya de que existan, junto a colegios profesionales de titulados informáticos puramente "defensivos", con los que ATI mantiene buenas relaciones, los llamados colegios profesionales informáticos "cerrados" o "excluyentes" que, con un corporativismo exagerado, han planteado la existencia de normas que representarían la exclusión de informáticos del trabajo que estaban realizando desde hace años.
Ahora la amenaza de exclusión procede de un organismo gubernamental, la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información (SETSI), que discrimina a los Ingenieros e Ingenieros Técnicos Informáticos, poniendo en peligro su puesto de trabajo, pues no incluye estas titulaciones en la larga lista de las que están habilitadas para la prestación de servicios de instalación o mantenimiento de equipos o sistemas de telecomunicación. También se constata la ausencia de titulaciones de Formación Profesional en Informática en dicha lista.
El resultado práctico inmediato sería que no se admitiría en el registro de "empresas instaladoras" a aquellas que manifestarán que su personal experto sólo son Ingenieros Informáticos o Ingenieros Técnicos Informáticos o de ciertas titulaciones de Formación Profesional en Informática, independientemente de que por su historial y experiencia pudiesen acreditar su capacidad.
A título de comentario, entre las titulaciones admitidas aparecen Ingenieros Industriales o Ingenieros Técnicos Industriales sin precisar su especialidad. Por este motivo ATI ha manifestado su protesta y ha pedido que esta discriminación sea subsanada.
Empieza a vislumbrarse lo que ya se había profetizado: que el corporativismo excluyente solo sirve a los intereses de Colegios profesionales no informáticos que, por su antigüedad, poseen gran capacidad de lobby.